De qué se trata el HLB la enfermedad que inquieta a los productores citrícolas
Es considerada la peor plaga citrícola a escala mundial. No tiene cura y puede ocasionar gravísimas pérdidas en este sector productivo y en las economías regionales. El mal se transmite por una chicharrita, muy popular en los campos de nuestra provincia.
Hace varios años, Corrientes viene luchando contra el Huanglongbing (HLB), una enfermedad que ataca a las plantas de cítricas y en este momento complicó de sobremanera las producciones de Estados Unidos y Brasil.
La Diaphorina Citri, comúnmente llamada chicharrita, es el insecto vector que transmite la bacteria causante del HLB. Al alimentarse de una planta enferma contagia a las sanas.
En un estado adulto posee cuerpo de color marrón moteado, de 2 a 4 milímetros de largo con ojos rojos, cabeza marrón claro y alas marrón oscuro. Las hembras se identifican por estar siempre con la parte posterior de su cuerpo inclinada hacia arriba.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) recomienda la importancia de monitorear regularmente las plantaciones cítricas propias y vecinas. En caso de detectar síntomas compatibles con el HLB, que se contacten de inmediato con técnicos de SENASA para que tomen las muestras correspondientes.
La enfermedad
El HLB es una enfermedad diseminada a escala planetaria, que no tiene cura conocida y que puede llegar a destruir toda la producción citrícola de una región o país. Es considerado el mal más devastador de esta especie a nivel mundial, por la disminución en la calidad de la fruta y por la muerte del árbol.
La plaga – que ya destruyó producciones enteras en Cuba, Florida (Estados Unidos) y la de varios estados (provincias) de Brasil – se transmite a través de un psílido, la Diaphorina Citri, conocido vulgarmente con el nombre de «chicharrita» cuya presencia es muy común en los campos de Corrientes, Misiones y Entre Ríos. El vector es un pequeño insecto de coloración gris con manchas oscuras en las alas, que mide de 2 a 3 milímetros de longitud. Se hospeda en todas las variedades cítricas y también en los mirtos, un árbol muy tradicional en las calles de nuestra provincia.
Entre los daños que produce el mal se destacan la muerte de las plantas infectadas, la disminución del peso de los frutos, la caída del nivel de azúcar (parámetro importante para la industria), el aumento del nivel de acidez, menor porcentaje de jugo y tamaño, alteración del color y forma, la improductividad de las plantas jóvenes, entre otras.
Argentina es el séptimo productor de cítricos del mundo y Corrientes una de las provincias líderes del país. De las 135 mil hectáreas que se destinan en el país a este emprendimiento, precisamente la Mesopotamia representa el 64%.
El HLB llegó a Argentina en 2012. En junio de ese año, el SENASA reconoció la existencia del mal pero recién después de que un informe periodístico lo divulgara. Fue en el Norte de Misiones en una planta no comercial. Luego, en esa provincia se repitieron los hallazgos. Desde entonces, se erradicaron y destruyeron cientos de plantas y se decomisaron numerosos cargamentos de citrus sin las guías correspondientes. Se buscó, desde los distintos organismos, frenar el avance del mal.
¿Cómo detectar la enfermedad?
En frutos: Frutos pequeños, deformados, asimétricos. Manchas verdes claro en la cáscara, la que suele presentar mayor espesura y puntos de goma. Aumento de acidez y disminución de jugo.En hojas: Hojas con manchas asimétricas de color verde claro o amarillo pálido. Engrosamiento y aclaración de las nervaduras.
En ramas: Ramas de color amarillento que contrastan con el verde normal, caída de hojas y frutos prematuros.
El 28 de julio de 2014, SENASA anunció una planta con el mal en Mocoretá, en el departamento correntino de Monte Caseros, una zona productiva por excelencia (el próspero macizo del río Uruguay). Se trataba de una planta de mandarina de unos 10 años que estaba prácticamente muerta, al igual que el lote que la rodeaba. Además, provino de un vivero de Entre Ríos que no cumplía con las disposiciones vigentes que buscan evitar la propagación del mal (entre otras irregularidades, el plantín no se logró en un invernadero).
Para peor noticia, el árbol con la enfermedad fue descubierto en la zona geográfica de mayor producción en Corrientes: en el departamento de Monte Caseros se obtiene el 57% de la materia prima lograda en la provincia. Ese año, y luego de que no se observaran otras plantas con el mal, desde el SENASA se apuntó que aquel hallazgo fue un «falso positivo».
Desde entonces, se multiplicaron los controles y se erradicaron todas las plantas que pudieran estar enfermas.
Fuente: Diarioepoca.com